domingo, 23 de noviembre de 2008

Nota en Excélsior

Cuando la palabra ilustra la imagen

Patricia Cordero

No sólo son esos dibujantes que le ponen imágenes a las palabras. Al contrario, son sus ilustraciones las que provocan narraciones, demostrando que los lenguajes visual y escrito se complementan. Son los 68 ilustradores que forman el colectivo El Ilustradero, el cual busca que esta profesión sea mejor y más valorada, no sólo en el mercado de los libros para niños.

Este grupo se formó hace un año, con creativos que han participado en libros ilustrados e incluso ganado premios. En aquel entonces eran sólo 36 artistas. Ver para Imaginar era el nombre de ese proyecto. Es una caja que reúne un centenar de postales, tres de cada uno de los ilustradores participantes, que se costeó con los recursos aportados por éstos, para producirla de manera independiente.Cada postal contiene atrás un breve relato, en un párrafo o dos, creado a partir de lo visual.

Lo interesante de este proyecto, a decir de la escritora Roxanna Erdman, es que las ganancias por las venta de los productos se reparte equitativamente entre todos los miembros del colectivo.

Ahora, el segundo proyecto de los integrantes de El Ilustradero es un libro titulado Destinario, creado con la misma lógica que las postales anteriores: primero la imagen y luego el texto. “El mecanismo es al revés que como sucede en el mundo real. Aquí el ilustrador crea su imagen y luego hacemos un texto a partir de ella. Esto invierte la balanza y le da mayor peso a la ilustración, la hace protagónica”, comenta Erdman.

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